Tegucigalpa (Especial Proceso Digital) – Mientras las autoridades del Consejo Nacional Electoral (CNE), sacan el jugo a cada minuto para llegar al día 8 de abril y ofrecer la declaratoria electoral, como manda la ley, la cúpula militar y gubernamental se atrincheraron este fin de semana, cada una en sus propios espacios, para defenderse y apoyarse mutuamente y acusar a sus opositores del llamado bipartidismo político por el desastre ocurrido el 9 de marzo durante las elecciones primarias e internas para seleccionar a sus candidatos a cargos de elección popular.
La confesa confrontación del jefe militar, general Roosevelt Hernández, con la alta autoridad del CNE y sus reiteradas deliberaciones sobre el proceso electoral, le han llevado a buscar el espíritu de cuerpo de la institución armada, cuyos mandos parecen atrincherados y expectantes, no sin que, desde lo interno, trascienden las incomodidades y la preocupación por que los hechos deslinden en el descrédito y regresión de la entidad castrense, cuya reputación se reconstruyó de a poco, tras varios episodios turbulentos en el pasado.
Del lado gubernamental, donde la separación gobierno y partido oficialista Libre es una línea tan delgada que no se sabe dónde está uno y donde el otro, la tarea se concentra en respaldar a la cúpula de la institución castrense y señalar a la oposición política de estar al ataque del cuerpo armado, confundiendo al alto mando integrado por el generalato con el resto de los más de 26 mil efectivos del ente que siempre han respaldado a la Constitución y no a una entidad partidaria.
Y el hilo conductor y de unidad entre la cúpula militar y el mando político gubernamental es Rixi Moncada, la virtual candidata presidencial del oficialista partido Libre, y también integrante del Gabinete ministerial en su condición de ministra de Defensa.
Cúpula militar apunta a consejeras del CNE
El sábado la cúpula militar convocó al resto de oficiales de las Fuerzas Armadas en las instalaciones de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), para escuchar un informe interno sobre lo sucedido el 9 de marzo y donde al final el documento que sacaron al público apuntan a las consejeras del Consejo Nacional de Elecciones (CNE), Cossete López y Ana Paola Hall, por lo que llamaron “agresiones político-partidarias”.
Las FFAA tienen la misión, otorgada por la Constitución de Honduras, del transporte, custodia y resguardo de las urnas y los centros de votación, pero el informe del alto mando castrense señala que “el único responsable es el CNE” del desastre electoral de las primarias, mientras se absolvían de toda responsabilidad que pudieran tener.
También fue destacado que a la reunión todos los oficiales asistieron con su uniforme de combate o fatiga, como se conoce en el argot castrense, y que suelen usar todos los cuerpos armados del mundo para enviar un mensaje de poder al estamento civil, gubernamental y político.
En ese encuentro castrense no se aportaron luces sobre lo que realmente ocurrió el pasado 9 de marzo cuando las maletas electorales andaban paseando por el Distrito Central sin guardias militares, aparcados en sitios donde no debían estar, deambulando a vista y paciencia de la autoridad encargada de garantizar el traslado y custodia del material electoral.
Aunque se excusaron en mencionar que el maquilado de las maletas fue retardado, no dilucidaron por qué el transporte que ellos debían hacer tampoco ocurrió en los plazos estipulados. Igualmente, no explicaron las razones por las que no denunciaron las anomalías en el momento que lo ameritaba ante la opinión pública.
Pero el fracaso por entorpecer las elecciones internas y primarias, en importantes sectores poblacionales de Tegucigalpa y San Pedro Sula, no tuvo éxito debido a que la ciudadanía se revistió de paciencia y acudió a las urnas hasta en la madrugada del lunes 10 de marzo.
La indignación ciudadana y la denuncia pública dejó semiparalizados a los responsables del desastre del 9 de marzo que poco a poco, reagrupados, enfilan una nueva arremetida contra la institucionalidad, coligen dirigentes políticos opositores y líderes de opinión.
Este domingo, un día después de la reunión de la cúpula militar, el actor civil estatal tuvo su encuentro en el emblemático Valle de Lepaguare, en la hacienda propiedad de la familia presidencial, donde la mandataria Xiomara Castro convocó a sus ministros a una reunión de consejo, a la cual también acudió el general Hernández.